El libro de Helen Rand Parish constituye, sin lugar a dudas, un hito en el conocimiento de la vida y obra de Bartolomé de Las Casas. Pese a la inmensa bibliografía sobre este inquieto fraile, es poco lo que se sabía acerca de momentos decisivos de su trayectoria. Pero en los últimos años acuciosos investigadores han dado nueva luz respecto de importantes episodios de la biografía de Las Casas. De estos estudios surge un Las Casas en gran parte desconocido que deja sin piso juicios sobre su ciclo vital e intelectual, opiniones, afirmaciones y datos incorrectos que todavía encontramos en los manuales, artículos de enciclopedia e incluso en libros de mayor pretensión académica.

En el presente trabajo Parish se propone desentrañar el papel jugado por Las Casas en dos importantes acontecimientos que tuvieron lugar en México en 1536 y en 1546. Hechos que muchos autores confunden o presentan en forma inconexa, no permitiendo percibir su significado. Parish, con gran acopio documental—muchas veces inédito—realiza una labor de verdadera higiene mental y dibuja con mano firme y ágil el perfil de lo sucedido en esos años.

Reconstruye en primer lugar la historia—hasta ahora confusa y lagunosa—de los célebres textos promulgados por el Papa Paulo III acerca de los indios en 1537. La autora hace ver que las tres actas de la reunión de obispos y superiores religiosos de 1536 en la ciudad de México, y otros tantos tratados (uno de ellos sería el De único de Las Casas) preparados por dicha junta, corresponden a las ideas presentadas en los tres documentos papales. El portador de ellos fue el domínico Bernardino de Minaya, pero su inspirador fue Las Casas. El minucioso estudio de Parish es difinitivo al respecto.

La autora aborda después, en un ameno estilo que recuerda el género de la novela de misterio, el contexto—la junta episcopal tenida en México en 1546—que permite percibir la significación de una obra lascasiana (que habría sido escrita en esa época) hasta hoy poco conocida y comprendida. Nos referimos a la llamada La cuestión teologal, que Parish propone denominar más bien La exención o la damnación (cuyo texto íntegro es reproducido paleografiado por Harold E. Weidman y traducido por la autora). Parish deja en claro que en dicho trabajo Las Casas, ante la revocación por Carlos V de un capítulo capital de las Leyes Nuevas, busca reforzar el papel del ministerio episcopal frente a la autoridad política, preparando así su última y gran batalla en defensa de los indios.

Estamos ante un estudio lleno de perspectivas nuevas, apoyado en documentos de primera mano, muchos de ellos desconocidos hasta el momento y que la autora, gran conocedora de la época, transcribe y acota prolijamente. Se trata de una poderosa contribución al conocimiento de Las Casas. Esperamos con interés las otras obras que Parish nos promete sobre este personaje clave para comprender el pasado y el presente de este continente.