El renovado interés por el estudio de las formas doctrinales e institucionales relativas al siglo XIX ha sido poderosamente estimulado en los últimos años por el descubrimiento por parte de los historiadores de los modelos políticos y por el abandono del preconcepto que la dimensión política no es otra cosa que un reflejo de las dimensiones sociales y económicas.

El estudio de Pablo Cristoffanini relativo a la legitimación ideológica y constitucional del poder político y del tipo de organización que se dió en Chile en el primer tercio del siglo XIX representa una tentativa de análisis históríco-politológico. Su idea central es que el estado independiente chileno no nace de una fractura entre las ideas liberales de la élite y la realidad social atrasada, y que dió como resultado una organización política caudillesca y autoritaria. El autor sostiene en cambio que la cultura política chilena de la primera mitad del siglo XIX se presenta fuertemente influenciada por el absolutismo colonial, con el resultado de frenar la interiorización doctrinal e institucional liberal, favoreciendo por consecuencia la conformación de un estado de tipo autoritario.

A pesar de la relativa novedad de su tesis historiográfica, su análisis no nos parece el más adecuado. Se puede en efecto notar que hay una escasa correlación entre sus modelos politológicos y el análisis histórico. Los primeros son presentados en modo excesivamente abstractos sin establecer una adecuada conjunción con su problemática histórica, mientras el análisis histórico tiende a decaer, las más de las veces, en una simple descripción de hechos políticos cuyo significado es recuperable sólo en la síntesis final de cada capítulo.

La reducida capacidad del autor de establecer una adecuada correlación entre los modelos doctrinarios e institucionales con las constituciones y las instituciones del período analizado depende en gran medida de haber trabajado casi exclusivamente con una bibliografía secundaria incompleta. Un análisis más atento de los textos constitucionales del período 1811-1833 le habría permitido comprender el horizonte doctrinario y el debate político y conjugarlos con el funcionamiento de las primeras instituciones republicanas. Significativo es que no haya utilizado el principal corpus histórico de la época, el editado por Valentín Letelier, Sesiones de los cuerpos legislativos de la República de Chile, 1811-1845 (1887—1908), que le habría permitido no sólo profundizar las temáticas que lo preocupan para el período 1811-1837, sino mostramos en modo más adecuado que la dificultad de interiorización del liberalismo (que él tiende a confundir con democracia) encuentra sus raíces en la tradición política hispánica del antiguo régimen.

A pesar de las notables limitaciones de este estudio, que el mismo autor reconoce en la conclusión, pensamos que muchas de sus ideas valdrían la pena de ser mayormente profundizadas, pues nos ayudarían a comprender la difícil pero no improductiva fase política de la primera mitad del siglo XIX.