Valoración especial merece el enfoque con que el profesor Manuel Ballesteros Gaibrois y sus cuatro colaboradores se acercan al tema enunciado en el título de este libro. Incluída esta obra en la Biblioteca de Autores Cristianos, que publica la Editorial Católica en Madrid, está claro que en ella interesan sobre todo las religiones indígenas. De hecho este volumen pertenece a una serie monográfica, dentro de la citada biblioteca: la que versa sobre las religiones no cristianas.
El enfoque adoptado por los autores da lugar a diversas perspectivas, concediendo de hecho mayor atención a las religiones de Mesoamérica. El fenómeno religioso de los pueblos andinos es tratado en forma mucho más limitada. En esto hay un cierto desequilibrio en la obra.
Las perspectivas en el acercamiento son básicamente tres. La primera se dirige a lo que puede tenerse como objeto preliminar: la trayectoria de los estudios referentes a las culturas indígenas de América. Con bastante precisión se describen las principales etapas de las que hoy llamamos ciencias americanísticas, a partir de lo que se designa como “Presunción de un Nuevo Mundo” hasta la enumeración de fuentes, delimitación de áreas culturales, elenco de los principales cronistas, existencia de testimonios indígenas y valoración de los trabajos de los pioneros en las investigaciones sobre los pueblos americanos.
Una segunda perspectiva abarca lo más sobresaliente en lo que hasta hoy sabemos del largo pasado histórico de la América prehispánica. Con razón expresa Ballesteros Gaibrois que, en el caso de la América indígena, resultaría difícil estudiar de manera exclusiva sus grandes religiones, prescindiendo de su “andamiaje histórico-cultural”. A su juicio, para ahondar en el tema de la religión, es necesario hablar antes de las correspondientes culturas indígenas y su evolución histórica. De hecho, en el caso de las antiguas sociedades prehispánicas, las relaciones entre el fenómeno religioso y otros aspectos de la cultura, incluído el socioeconómico, se presentan tan estrechas que, en muchos casos, es casi imposible su separación.
Desde un tercer punto de vista acometen luego los autores su presentación de Cultura y Religión” en Mesoamérica y el mundo andino. A lo antes expresado sobre la evolución histórica de esas culturas, añaden ahora otras precisiones acerca de su visión del mundo, arte, sociedad, economía y vida urbana, en especial de Mesoamérica. Ello constituye el marco para el estudio propiamente dicho de la religión, tanto maya como de los pueblos nahuas en su etapa azteca o mexica. Sin entrar en una valoración específica de lo expresado en dichos capítulos, puede afirmarse que lo expuesto está fundamentado tanto en las fuentes antiguas como en las principales aportaciones de investigadores contemporáneos. El lector desearía que se hubiera concedido atención más amplia a la zona andina.
El presente libro Cultura y religión de la América prehispánica es obra de conjunto que puede calificarse de buena introducción a tema tan vasto y complejo. Es satisfactorio, por otra parte, que series como la Biblioteca de Autores Cristianos, abriendo su mira, den entrada a temas como éste de las religiones indígenas de la América prehispánica.