Tiahuanaco, por Simon Waisbard, está muy bien valorado en el último párafo del comentario que registra en la chaqueta de atrás firmado por Editorial Diana. Literalmente, dicho párafo expresa lo siguiente:

“Simone Waisbard ha escrito un libro que es al mismo tiempo una aportación a la Antropología y a la Historia, con una descripción hecha con toda la amenidad y el sabor de la novela y la leyenda, un libro que revela las grandezas de la humanidad y la previene contra sus posibles miserias destructoras.”

Cuando se afirma el comentario citado arriba que esta obra constituye una aportación al Antropología e Historia, se debe afirmar que la aporte en materia Antropología es casi invisible. Hay algunas referencias de cronistas de la conquista que podrían ser aportes a la historia de Tiahuanaco.

Las informaciones de los cronistas y de la primera década colonial sobre las leyendas y las multiplices hipótesis establecidos por monjes o letrados que registra en su obra Simone Waisbard son numerosas, pero desconectas, virtualmente inservibles para establecer un esquema cronológico de estas leyendas.

También se nota algunas informaciones de carácter que podría llamarse ciencia ficción, como las de Arturo Posnansky, pero como se afirma en el último párafo de la chaqueta de atrás, lo que más domina es el sabor de novela y leyenda.