One of the obstacles confronting the historian who writes on the Federation of Central America is the paucity of private correspondence from the hands of the men who decided the fate of the Federation. The letter below, in a small way, helps to overcome that obstacle.
Writing on the eve of the civil war of 1827-1829, President Dionisio de Herrera described the attempt on his life for his cousin and lifelong friend, José del Valle.1 The near tragedy was one of the more violent manifestations of the rivalry between Herrera and Provisor Nicolás Irías for control of the state of Honduras. More significant, the letter lends validity to the supposition that Manuel José Arce, first president of the Federation, had been supporting the opposition to Herrera. The letter also suggests the growing hostility toward Arce in El Salvador, Nicaragua, and Costa Rica. Finally it establishes the correct date of the attempted assassination and provides an intimate glimpse of the Herrera household during the moment of terror.
The letter was found in Guatemala City among the José del Valle papers possessed by the Valle family. Spelling has been modernized, abbreviations have been spelled out, and minor changes have been made in punctuation. Otherwise the following is a faithful copy.
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Comayagua, 10 Noviembre, 1826
Mi amado José : es en mi poder tu apreeiable fechada a 22 de junio sin duda por equivocación, pues me hablas en ella de sucesos muy recientes. Quedo entendido de todo.
Va a horrorizarte. El 3 de este, a las 2 de la mañana me tiraron 5 balazos por las ventanas de mi casa. Por una de ellas escaparon de matar a un soldado. En la otra erraron la puntería, y no entró la bala; y en la otra en frente la cual estaba la cama de mi mujer y la mía tiraron 3 tiros, de los cuales uno rompió mi catre, y los otros rompieron el pabellón de la cama de mi mujer, escapando ella como por milagro, pues hacía medio minuto que se había quitado del lugar por donde había estado sentada con un hijito de pecho. En el momento se dictaron providencias activas, se han puesto presos algunos, se han fugado otros, entre ellos el Provisor Irías. Van descubriéndose planes sanguinarios, que hacen extremecer a la humanidad. No sólo se debían de poner las autoridades, sino que debían matarse a muchos. Se dice también en la causa, de saqueo, estupros, etc., etc. He aquí los efectos de los planes de variar el Gobierno—Irías tenía hasta cañones de palo. Como el Presidente de la República [Arce] ha mantenido correspondencia con mis enemigos, y con los hombres más inmorales de Honduras, se dice generalmente aquí, que estos sucesos son efecto de sus planes.
Yo he puesto tropa sobre las armas, y voy a poner más, no sólo para conservar el orden interior, sino para impedir cualesquier ataque exterior, pues el Presidente ha dado orden a San Salvador para que marche a Honduras una división respetable. Ya se dice lo conveniente sobre esto al Gobierno de la Federación, y al de San Salvador.
Tu verás la Relación que el ministro ha hecho, de los sucesos ocurridos en esta para conocimiento de las municipalidades. Verás también el parte que doy a los Jefes de los Estados.
Los pueblos inmediatos han venido a manifestarme sus sentimientos y a ofrecérseme, a pesar de los esfuerzos que ha hecho el infame, indecente, y malvado Irías, por mano de los curas, y de otros emisarios.
Antes, con los primeros anuncios de la revolución que se tramaba contra mí, y desde el momento que los pueblos conocieron que se trataba de atacar la independencia [He scratched out the word “independencia”] constitución, se han levantado algunos en masa; pero principalmente el impertérrito pueblo de Texiquat, que juró también defenderla y defender al Jefe hasta derramar la última gota de su sangre, y ha levantado de pronto 400 hombres. La municipalidad de Tegucigalpa y el pueblo reunido, han mandado a ofrecerse al Gobierno y han tenido acuerdos, que se celebrarán en la historia de los libres, entre ellos, según se me dice en una carta que acabo de recibir, el de hacer exequias solemnes al Vice Jefe Cirilo Flores.2
Se me ha hecho invitación por el Gobierno de San Salvador para proceder de acuerdo a sostener, dice, la Constitución. Me remite 40 ejemplares del dictamen de una comisión del seno de la Asamblea, y copia de la contestación que dió al Gobierno de la Federación con motivo del decreto de 10 de octubre.3 En él me dice que el Congreso a que han convocado tiene inconvenientes; que pueden reunirse los dos partidos y deponerlo; y que lo que conviene es, que el mismo Presidente convoque nueva Asamblea y haga elegir nuevo Jefe en el Estado de Guatemala. Ya verás los términos en que se contesta al Jefe del Salvador.
Me hallo en estrechas relaciones con los Jefes de Nicaragua y Costa Rica. El último me ha remitido un decreto de su Asamblea en que no deba reconocerse ninguna providencia de las autoridades federales, hasta que no se trasladen a otro punto fuera de Guatemala. Yo le contesto que he sido el primero en opinar por la traslación; pero que en el serio está peligrosa, porque ningún Estado tiene los elementos que el de Guatemala para sostener la independencia y la Constitución.
Se ha leído con gusto el Redactor,4 y la acta de la Junta Preparatoria; pero mientras el Presidente y los de su partido circulan a todos los pueblos 100 ejemplares de cada papel, los del contrario mandan uno.
Se escribe a tu esposa por una Señora de aquí, y yo te recomendo este negocio.5
Soy tuyo
[Signed] Dionisio de Herrera
José del Valle (1776-1834) enjoyed a distinguished career in Guatemala City as a lawyer and royal servant. He helped compose the declaration of independence (1821) and lent his ability to the new nation until his death.
Cirilo Flores, first vice president of the state of Guatemala, became president on September 6, 1826, after Juan Barrundia, the President of Guatemala, was imprisoned by order of Manuel José Arce. Owing to the enmity between the state government and the federal government, both located in Guatemala City, the state government moved to Quezaltenango. Flores entered the city on October 8, 1826. Five days later he was killed by a mob. For details, see Alejandro Marure, Bosquejo histórico de Centro-América (Guatemala, 1877), I, 179-185.
The decree of October 10, 1826 called for a special congress for restoring “constitutional order.” For the text of the decree, see Marure, Bosquejo histórico, I, 173-177.
José del Valle, in 1825-1826, edited the Redactor General.
Valle’s wife was María Josefa Valero y Morales. They were married on October 12, 1812, in Guatemala City by Archbishop Ramón Casaus y Torres. See Archivo de la Catedral (Guatemala City), Libro de matrimonios de 1729 a 1821, Parroquia del Sagrario.
Author notes
The author is assistant professor of history at Birmingham-Southern College.