Abstract

Este artículo muestra cómo en la Argentina de los años ochenta y noventa, al calor de las reformas legales que buscaron “democratizar” la familia, se abrieron nuevas instancias de desigualdad, en las cuales las referencias al amor paternal tuvieron un lugar clave. En las disputas sobre el lugar de los padres en las nuevas configuraciones familiares, aparecían dos definiciones del amor paternal que muchas veces eran contrapuestas: el amor como responsabilidad sobre la vida material de los hijos, y el amor como el tiempo que se pasa junto a ellos. El artículo sostiene que, aun cuando en este período ganó fuerza la idea de que los niños tenían “derecho a un padre” –en el marco de discursos que señalaban su centralidad en el desarrollo infantil en términos psíquicos y afectivos–, los hombres seguían siendo los sujetos que el sistema legal privilegiaba.

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