Summary
A resurvey of a rural district in Thailand, of about 70,000 population, was conducted after a family-planning program had been in operation for eight months in order to ascertain indications of effectiveness of the program. Both the “before” and “after” surveys employed a 25 percent simple random, though non-overlapping, sample of married women 20–44 years of age whose husbands were living. The only difference in design and execution was the inclusion in the resurvey of questions about the action program. Barring one or two exceptions, the characteristics of the two population samples were so similar that differences in knowledge, attitudes, and practices could be regarded as effects of the program.
The action program not only made itself widely known in the district, it also evoked a highly favorable appraisal, to such an extent that nine of every ten women thought the program should be extended over the entire kingdom. Motivation to engage in family planning increased perceptibly. A substantial proportion (23 percent) of the women who formerly disapproved of the practice changed their attitudes to approval, mainly because they had become convinced of the harmlessness and the utility of fertility control. Less than 3 percent of the former approvers had become negative.
The proportion of women who claimed some kind of knowledge about contraceptive methods more than doubled during the eight months of the program's operation. More impressive, however, was the change in actual use of methods, which rose from 1 to 21 percent of the eligible women (women who were not pregnant, subfecund, or sterilized). Another 16 percent, in the resurvey, planned to begin use of contraceptives in the near future, in most instances after a current pregnancy. The frequency of acceptance of family planning practice exceeded the expected frequency among women who were approaching or had attained the “ideal” number of children (4.0 children). High-parity women 40 or more years of age seldom accepted clinical assistance.
Resumen
Después que un programa de Planeación Familiar se había estado llevando a cabo durante ocho meses en un distrito rural de Tailandia con una población de cerca a 70.000 habitantes, se efectuó nueva investigación con el objecto de obtener indicaciones sobre la efectividad del programa. En ambas investigaciones se empleó una muestra al azar del 25 por ciento—aunque no superpuesta—de mujeres casadas entre 20 y 44 años de edad, cuyos maridos estaban aún vivos. La única diferencia en el diseño y ejecución fué la de incluir en la segunda investigación algunas preguntas sobre el diseño y ejecución del programa. Excluyendo una o dos exepciones, las características de las dos muestras de problación fueron tan similares, que las diferencias en concimiento, actitudes y prácticas deben ser mirada como efecto del programa.
El programa de acción no solo fué ampliamente conocido en el distrito, sino también altamente valorado, hasta tal punto que 9 de cada 10 mujeres opinaron que él debería ser extendido a todo el reino. La motivación a universe a la planeación familiar se incrementó perceptiblement. Una sustancial proporción—23%—de las mujeres que anteriormente habían desprobado su práctica, cambiaron su actitud hacia aprobarla, principalmente porque ellas mismas habían llegado a convencerse de la inocuidad y utilidad del control de la fertilidad. Menos del 3 por ciento de quienes anteriormente habían aprobado el programs, ahora lo desaprobaron.
La proporción de mujeres que tenían algún conocimiento de anticonceptivos se dobló durante los ocho meses de funcionamiento del programa. El hecho más sobresaliente sinembargo, fué el cambio en el uso real de métodos, que creció de 1% al 21% de las mujeres elegibles (mujeres nó embarazadas, subfecundas o esterilizadas). Otro 16 por ciento en la segunda investigación, planeba comenzar a usar anticonceptivos en un futuro cercano, muchas veces, después de terminado su actual embarazo. La frecuencia de aceptación de la planeción familiar excedió la frecuncia esperada entre las mujeres acercándose o que yá hablían alcanzado el número “ideal” de hijos (4). Mujeres de gran fecundidad y más de 40 años, raramente aceptaron asistencia clínica.