Resumen

La evaluación de la completabilidad del censo y la calidad de las medidas de éste es difícil. Se han hecho intentos para comparar la calidad relativa de los Censos de 1960 y 1950. Además, se ha hecho un esfuerzo por comparar cada uno de estos censos con otras fuentes de datos, pero tales comparaciones pueden, cuando mucho, suministrar sólo limitada evidencia. Hay motivo para creer que está resultando cada vez más difícil efectuar un empadronamiento satisfactorio de algunos elementos de la población. Se requieren esfuerzos substanciales a fin de desarrollar procedimientos mejores para atender las condiciones cambiantes y para evitar deterioro entre un censo y el próximo.

El error neto u omisión en el Censo de 1960 de los Estados Unidos fue un poco menor que el de 1950 pero la reducción en la omisión no fue grande y todavía exisie un problema sustancialde subenumeración. Hubo una reducción substancial en la subenumeración de niños. La falta de respuesta a preguntas fue considerablemente más frecuente en el Censo de 1960 que en los censos anteriores. Las tasas de no reepuesta en el caso de algunas áreas y de algunos tópicos resultan dificultosas para los usuarios de los datos. Comparaciones con otras fuentes, tales como los resultados de la encuesta continua de población, las estadísticas vitales, la matrícula escolar y las estadísticas sobre impuestos internos y resultados de encuesias basadas en re-entrevistas indican que los errores de clasificación fueron más pequeños en 1960 queen 1950. Algunos beneficios han sido sustanciales y otros han sido pequeños. Las mejoras constituyen un esfuerzo combinado de un número de cambios en los procedimientos censales, incluyendo mejoras en eldiseño del cuestionario, la introducción de auto-empadrona miento para una parte grande de la población, y mejores procedimientos de control.

La publicación de los resultados se ha hecho más temprano que en el período comparable que siguió a 1950; los costos han sido menores que los que habrían indicado los cambios en niveles de precios y en el crecimiento de la población, y hubo un aumento en la cantidad de información que se ofreció. En general, se ha dado a los usuarios major información ahora que antes sobre la calidad de los datos publicados. No se obtuvieron todos los beneficios que se esperaban y un examen posterior revela un número de errores que se hubiera deseado evitar.

Bajo ningún concepto nos sentimos complacidos porque creamos haber logrado la calidad de resultados que se necesita o puede ser alcanzada. Es obvio que queda mucho por hacer para mejorar la calidad de los censos en ambos aspectos, contenido y completabilidad, y que se debe concentrar bastante atención en el efecto de los errores sobre los distintos usos que se hace de los datos censales y sobre métodos y estudios que conduzean a aumentar la exaetitud de la información obtenida por los censos.

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